El aislamiento térmico es fundamental en cualquier tipo de edificación, ya que contribuye a un considerable ahorro energético. Sin embargo, en el caso de la construcción de naves industriales este factor adquiere más importancia, si cabe. Esto es así ya que las actividades que se desarrollan en la industria copan la mayor parte del consumo energético mundial. Las técnicas de aislamiento térmico consiguen mejorar, notablemente, el grado de humedad en el ambiente interior del edificio. Sobre todo, supone la erradicación de los problemas de humedad relacionados con la condensación. Además, un aislamiento térmico adecuado favorece el mantenimiento de la temperatura que se alcanza en el interior durante más tiempo, ya que este sistema estanco no permite la penetración ni salida de aire del edificio. El ahorro energético se produce como consecuencia de un mejor aprovechamiento de los sistemas de calefacción y aire refrigerado.
Antes de proceder a aislar térmicamente la envolvente de una edificación industrial es necesario tener en cuenta diversos factores: el clima del lugar donde se encuentra, la actividad industrial que se desarrolla en su interior u otros usos de la misma, así como la exposición de la nave a la luz del sol. Otro factor de importancia, es que generalmente en la industria se producen intercambios de calor reiteradamente, el aislamiento térmico contribuye al aprovechamiento de estos cambios, suponiendo una mejora en la seguridad del ambiente de trabajo. A parte de la aplicación de puentes térmicos en la envolvente del edificio, es necesario tener en cuenta otros elementos en cuanto a la realización de un óptimo aislamiento térmico en la construcción de naves industriales, es el caso de las tuberías, presentes y con una gran diversidad en la industria.
En Tekton prestamos especial atención a la realización de un correcto aislamiento en las construcciones industriales que llevamos a cabo. Siendo conscientes de que las técnicas y productos empleados en estas edificaciones difieren, en gran medida, de los utilizados en edificios convencionales, adaptándose a las condiciones específicas de la industria. En este sentido deberán ser más resistentes, por ejemplo contra agentes corrosivos. Además, un aislamiento adecuado incrementa la seguridad en caso de incendio.