Desde que el hombre se hizo sedentario y hasta las actuales naves prefabricadas propias de grandes proyectos industriales, la fabricación previa de elementos de construcción ha sido un método de construcción básico para los humanos.
4.000 años antes de Cristo los sumerios en Mesopotamia ya utilizaban ladrillos en las paredes de sus casas. El ladrillo es uno de los primeros prefabricados empleado por el hombre para la construcción. Los egipcios utilizaron bloques de piedra para levantar las pirámides y en la América precolombina los incas levantaron la fortaleza de Sacsayhuamán en Tiahuanaco con bloques de cien toneladas colocados a seis metros de altura.
Los materiales prefabricados presentaban dos inconvenientes que hoy en día han sido superados:
– Falta de materiales adecuados para construir grandes elementos que resistieran el transporte, izado y colocación.
– Falta de máquinas específicas para el manejo de bloques y elementos con gran peso.
El primer problema se superó con la invención del hormigón armado, y luego el pretensado, mientras que el segundo se solventó con la aparición de las grúas en la segunda mitad del siglo XIX que permitieron trasladar grandes cargas dentro de la obra.
En Tekton sabemos que el prefabricado de estructuras es un sistema que cada vez interesa más a los constructores y grandes empresas debido a las importantes ventajas que presenta. Por un lado permite un gran control sobre el resultado final, y por otro supone un ahorro de tiempo y dinero. Además, se mejora el control sobre los materiales complementarios de la obra (techos, ventanas, suelos…), se facilita la correcta gestión de la entrega de materiales y se evitan contratiempos innecesarios.
Las estructuras prefabricadas de acero son especialmente rentables, sobre todo en grandes obras y obras industriales, debido a que permiten una construcción rápida, sólida y predecible. Son ideales para naves industriales, gimnasios u oficinas. Entre las ventajas de los prefabricados de acero es que permiten poner en práctica sistemas estandarizados y automatizados en los diseños, fabricación y erección de estructuras de edificación. Se obtienen construcciones sólidas, de alta calidad y con menor peso que las tradicionales de hormigón, y además son más flexibles y resistentes. Las estructuras prefabricadas de acero también permiten reducir los recursos humanos y técnicos para el desarrollo de las obras, aumenta la seguridad y no depende de las condiciones climatológicas durante gran parte de la construcción.
Resulta sorprendente comparar los sistemas de edificación con elementos prefabricados empleados por las civilizaciones más antiguas y los actuales métodos de construcción, mucho más dinámicos y planificados, que se apoyan en el uso de las nuevas tecnologías para el desarrollo y realización de proyectos como naves prefabricadas y edificios. Todos ellos supusieron importantes ventajas y soluciones adaptadas a las necesidades de los tiempos.