La importancia de la Galvanización en caliente del acero, por Eduardo Benavente

Galvexsa

El Consejero Delegado de Galvexsa, D. Eduardo Benavente, ha querido compartir con Tekton su opinión respecto a la galvanización en los proyectos industriales. Esperamos que sea de vuestro interés:

“Aprovecho este foro de la construcción metálica, para resaltar que el uso del acero galvanizado en España de manera general y en la estructura metálica en particular, tiene una penetración muy pequeña, en comparación con el resto de Europa y los países industrializados. Casi me atrevo a decir que este sector sigue siendo un perfecto desconocido dentro del mapa industrial y que tanto sus extraordinarias características técnicas como sus rendimientos económicos están claramente desaprovechados.

La mayor parte de la producción de acero galvanizado es debido a normativas europeas o internacionales de obligado cumplimiento, en las cuales está más que demostrada su versatilidad y economía. Sin embargo en estructuras privadas, de explotación puramente mercantil existe un desconocimiento atroz de este tipo de estructuras.

España exporta en altísima medida instalaciones de energías renovables, de alta velocidad, de seguridad vial, de instalaciones de transporte eléctrico, de riego por aspersión, de silos de contención y un sinfín de estructuras en las que aportamos un tremendo valor añadido y una gran experiencia. Todas ellas están galvanizadas en caliente. Sin embargo y en contrapunto de esta situación el mercado de estructuras metálicas de uso nacional para explotaciones industriales, naves, almacenes y construcción, la presencia de este acero es sencillamente ridícula.

Desde estas líneas les invito a conocer las razones por las cuales nuestros homólogos europeos no conciben un acero sin protección galvánica:

Tiene una larga duración contra la corrosión, un mantenimiento innecesario, por lo tanto un retorno de inversión altísimo en comparación con otras protecciones, alta versatilidad para diferentes elementos y diferentes electrolitos (atmosfera, aguas, etc), una fiabilidad demostrada y regida por normativas de calidad internacionales, tenacidad del recubrimiento, uniformidad, fácil de pintar y de soldar,…

En definitiva dado que el hierro y el acero tienden a volver a su estado original (óxido de hierro), como el resto de elementos naturales, y que las estructuras son fabricadas para trabajar ininterrumpidamente durante toda su vida útil y por lo tanto a conservar sus dimensiones originales, se deben de proteger contra la corrosión. O se realizan imprimaciones periódicas o se protege de manera permanente hasta el fin de su vida útil.

Un ejemplo icónico de lo que es la corrosión y a modo de curiosidad se puede ver en la Torre Eiffel. Existen estudios de que a pesar de ser uno de los monumentos más visitados del mundo y debido a los efectos de la corrosión, se le deben de realizar mantenimientos totales cada siete años, los cuales se prolongan durante dieciocho meses.

En ellas son utilizadas para imprimación cerca de sesenta toneladas de pintura, lo que arroja un coste aproximado de €4 millones. Se estima que si la Torre Eiffel hubiera sido galvanizada, por medio del sistema Duplex, (galvanización + pintura) en los más de cien años que lleva de vida, dichas manutenciones hubiesen sido la cuarta parte y con costes evidentemente mucho menores. El ahorro para el Gobierno francés estaría muy por encima del coste original del galvanizado dúplex de su estructura, si eso hubiera sido posible en aquellos tiempos”.

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